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  • Foto del escritorJuan P. Abanto

AMAR A DIOS NUESTRA MEJOR OPCIÓN



Texto: Mat 22:37; Mar 12:28-31; Luc 10:25-27


(Deu 6:5; Lev 19:18). Estos textos eran citados frecuentemente en discusiones éticas rabínicas, pero la idea de juntarlos a manera de resumen de toda la Ley y los Profetas.


Shemá Israel (del hebreo, שְׁמַע יִשְׂרָאֵל, 'Escucha, Israel') es el nombre de una de las principales plegarias de la religión judía. ... El shemá propiamente dicho: Shemá Israel, IHVH Eloeinu, IHVH Ejad, 'Escucha Israel, Adonai es nuestro Señor, Adonai es Uno'. Afirmación del monoteísmo.


La religión consiste en amar a Dios. El versículo que Jesús cita es Deuteronomio 6:4-5. Ese versículo era parte de la shemá , el credo básico y esencial del judaísmo; la frase con la que empiezan todos los cultos judíos (era repetido por los judíos dos veces al día), y el primer texto que todos los niños judíos aprenden de memoria. Esto quiere decir que hay que darle a Dios un temor total, un amor que domine nuestras emociones, que deja nuestros pensamientos y que sea la dinámica de nuestras acciones. La religión empieza con el amor que es la entrega tal de la vida a Dios.


¿Como debemos amar a Dios? (Mat 22:37; Mar 12:28-31; Luc 10:25-27). Pero ¿con qué hemos de amarle? Se mencionan cuatro cosas.


Primero, de todo tu corazón—Este término algunas veces se usa con referencia a todo el hombre interior (como en Pro 4:23); pero éste no puede ser el sentido aquí, porque entonces los otros tres particulares serían superfluos. Muy frecuentemente se usa para significar “nuestra naturaleza emocional”, el asiento del sentimiento como distinto de nuestra naturaleza intelectual, o el asiento del pensamiento llamado comúnmente “la mente” (como en Phi 4:7). Pero tampoco puede ser éste el sentido aquí, porque el corazón se distingue de la “mente” o “razón”, y del “alma”. El “corazón”, entonces, tendrá que querer decir la sinceridad tanto de los pensamientos como de los sentimientos, como contrario al afecto hipocrítico o dividido.


Segundo, y de toda tu alma—Esto es propuesto para obligar a nuestra naturaleza emocional a amarle. Es decir, “tendrás que poner sentimiento y calor en tu afecto”.


Tercero, y de toda tu mente—Esto obliga a nuestra naturaleza intelectual: “Tendrás que poner inteligencia en tu afecto, en oposición a una devoción ciega, o a un mero fanatismo”.


Cuarto, y de todas tus fuerzas—Esto obliga a nuestras energías: “Tendrás que poner intensidad en tu afecto”. “Hazlo según tus fuerzas” (Ecl 9:10).


Si unimos estas cuatro cosas, el mandamiento de la ley será: “Amarás al Señor tu Dios con todas tus facultades: con un amor sincero, ardiente, inteligente, enérgico”.


Definición de las palabras: Dicc. Exp. De palabras de Vine


1. Con todo el corazón, gr. kardia, pensamientos o sentimientos. Ocupa el puesto más importante en el sistema humano. Mediante una fácil transición esta palabra vino a significar toda la actividad mental y moral del hombre, incluyendo tanto sus elementos racionales como emocionales. En otras palabras, se usa el corazón de manera figurada para denotar las corrientes escondidas de la vida personal. «La Biblia declara que la depravación humana halla su asiento en el «corazón», debido a que el pecado es un principio que halla su asiento en el centro de la vida interna del hombre, contaminando por ello todo el círculo de sus acciones (Mat 15:19-20). Por otra parte, las Escrituras consideran al corazón como la esfera de la influencia divina (Rom 2:15; Hch 15:9). El corazón, al estar tan en el interior, contiene al «hombre interno» (1Pe 3:4); esto es, al hombre real. Representa el verdadero carácter, pero lo esconde» (FJ. Laidlaw, en el Hastings' Bible Dictionary).


2. Con toda el alma. psuque (ψυχή, G5590), denota el aliento, el hálito de vida, y por ende el alma, en sus varias acepciones. Se traduce «ánimos» en Hch 14:2, Hch 14:22, haciendo referencia al asiento del elemento sensible en el hombre, aquello mediante lo cual percibe, considera, siente, desea.


3. Con toda la mente. dianoia (διάνοια, G1271), estrictamente, pensar sobre, denota la facultad del pensamiento; luego, de conocimiento; de ahí, el entendimiento y, en general, la mente, y, por ello, la facultad de reflexión moral. Se traduce «pensamiento» en Luc 1:51: «el pensamiento de sus corazones», lo que significa sus pensamientos e ideas.


4 Con todas las fuerzas. iscus (ἰσχύς, G2479), denota poder, fuerza:


Si amamos a Dios:

1. Amaremos su palabra (Sal 119:97). El salmo 119 es bien recordado como el capítulo que vívidamente retrata la alabanza a la palabra de Dios por uno que es un verdadero discípulo. En la mayoría de los versos, términos como ley, testimonios, estatutos, mandamientos, y preceptos son usados para glorificar la palabra de Dios.

El Sal 119:97 resume apropiadamente las ideas del salmista. Al examinarlo muy de cerca este verso revela tres características vitas de lo que implica amar a Dios: a) Amar la palabra de Dios requiere sumisión (Sal 119:100-102; 1Jn 2:5). b) Amar la palabra de Dios requiere meditación (Mat 5:22; Mat 5:28; Mat 15:18-20; Flp 4:8; Deu 6:11). c) Amar la palabra de Dios requiere continua obediencia.


2. Amaremos la verdad (Jua 8:32; Jua 17:17; 2Ts 2:10-11). a) para salvarnos, b) amarla o creer lo que es falso, c) creerla o ser condenado, d) Proteger la verdad, e) practicarla, f) compartirla Heb 11:3


3. Amaremos a los hermanos (Jua 13:34-35; 1Jn 3:14-16; 1Jn 4:20; 1Pe 1:22; 1Pe 2:17; Rom 12:10; Heb 13:1).


II. ¿Por qué debemos amar a Dios?

1. Porque es un mandamiento.

2. Por su provisión.

3. Por sus promesas.

4. Por sus atributos.

5. Por la redención.


III. ¿Cuándo debemos amar a Dios? Todos los días de nuestras vidas.

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